Aunque nos pueda resultar extraño, que una cala de colores cambia según madura la floración es normal. Las calas tienen el color más intenso cuando están en plena floración, pero luego ese color va mutando.
En este caso concreto, el amarillo se torna a verde a medida que avanza la floración y termina marchitándose. Así, una vez que comienza a ponerse verde, lo normal sería cortar la flor llegado a este punto.
Cuidados de las calas de colores
Las calas de colores son muy bonitas y agradecidas, aunque tienen un comportamiento diferente a las calas blancas. Las de colores, a diferencia de las blancas, pierden todas sus hojas en invierno y tienen tendencia a morir en esta época, aunque si está plantada en tierra volverá a florecer a principios de primavera.
Las calas necesitan un suelo muy húmedo y se desarrolla mejor a la sombra, aunque tolera las exposiciones soleadas en regiones donde éstas no sean fuertes. Puede soportar unos cuantos grados bajo cero pero no resiste las intensas heladas, así que lo más recomendable es meterla en casa durante los días más fríos o protegerla adecuadamente.
Tiene que tener la tierra húmeda y necesita mucha agua durante la época de crecimiento y floración. No obstante, tendremos que ir reduciendo los riegos paulatinamente según vaya acercándose el otoño, hasta dejar de regar completamente en invierno, su periodo de reposo.
Las grandes y carnosas hojas de la cala gustan mucho a caracoles y babosas, por lo que hay que protegerlas vigilando su presencia.
Para ello, podemos utilizar diferentes elementos como la ceniza, que es un repelente natural que si colocamos un poco en los bordes de los tiestos, las cáscaras de huevo rota o utilizar elementos de cobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario